miércoles, noviembre 22, 2006

*transeúntes

lince bebé
audio blog Este post se puede escuchar. Lo grabé mientras huíamos en avioneta. [lincebebé.mp3]
He contestado al teléfono. He reconocido su voz.
Media hora después se detenía frente al portal de mi casa Carol Blenk con su lince bebé. Lo llevaba en brazos, envuelto en una manta como un recién nacido.
En la bolsa: únicamente biberones y discos de los Stones.

En seguida he comprendido que el Lince se iba a quedar conmigo, que yo era la cómplice. Que desde ese momento yo también huía de la protectora de animales y de todos los buenos que nos persiguen.

Me he quitado mis zapatos de andar y me he puesto mis botas de volar. Para no perder ni un sólo minuto he decidido subir al lince bebé en la avioneta y llevármelo a un lugar seguro para él. Este es nuestro viaje. Yo también estuve una vez en peligro de extinción. Todos quisieron cuidar de mí como sucede contigo.

Mientras piloto mi avioneta y como golosinas, el lince bebé me mira y con ojos despiertos espera que le cuente algo. Pues bien, te diré que a los diez años aprendí la diferencia entre los fijos y los transeúntes:
A las once de la mañana, como cada día, pasaba la cocinera por las clases a preguntar quien se quedaba a comer en el colegio. Los fijos eran los que se quedaban siempre y lo transeúntes los que se quedaban a comer ocasionalmente.
Los fijos no levantaban la mano porque siempre eran los mismos, no hacía falta contarlos. Los transeúntes sí la levantaban y la profesora los apuntaba en una lista.
Los transeúntes eran los que a veces se marchaban a sus casas a las doce y los venía a recoger su mamá para ir a comer a casa. Yo siempre quise ser transeúnte. Quedarme todo el mediodía en el colegio me ponía triste, aunque luego se me pasaba el rato volando jugando a canicas en el patio.
Insisto, yo quería ser transeúnte. No fija. Fija no. Los fijos siempre se quedaban en el colegio a comer. Todos los días. Todo el mes. Los transeúntes podían elegir. Los transeúntes a veces se iban a casa de sus abuelas a comer lentejas. Pero yo no podía ir porque mi abuelastro era. Era un hombre extraño para mí, con pistola, uniforme y las mejillas frías. Un abuelo sin beso.

Mi madre fue a hablar con el colegio. Les dijo que yo siempre iba a ser transeúnte. Aunque en realidad era mentira, yo era fija, a mí no me podían venir a buscar, mis padres trabajaban mucho. Pasé un curso engañada pero contenta, siendo transeúnte cada día, levantando la mano para que me contaran. Sólo la cocinera sabía la verdad: yo era fija, no transeúnte.

Lince bebé, en muchas ocasiones vas a ser un transeúnte fijo. O un fijo transeúnte. Aunque no seas consciente de ello, pero durante estas dos horas de vuelo te aseguro que vas a ser el lince bebé más valiente del planeta.

*transeúnte.
(Del

lat. trans?ens, -seuntis, part. act. de trans?re).1. adj. Que transita o pasa por un lugar. U. t. c. s.
2. adj. Que está de paso, que no reside sino transitoriamente en un sitio. Apl. a pers., u. t. c. s.
3. adj. De duración limitada.4. adj. Fil. Que se produce por el agente de tal suerte que el efecto pasa o se termina fuera de él mismo.

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