miércoles, julio 26, 2006

fascinación

Escuchar o descargar una versión de la canción "Sábado" de C. Rosenvinge.
La grabamos ayer mismo. Mi amigo Yellow al piano y yo a la voz.





Al mediodía subí con el autobús rojo y valiente hasta la biblioteca nueva. Me senté en una de las mesas de la cafetería y cambié fumar por el aire acondicinado de Siberia. Otra vez me parecía estar en una pista de patinaje. Esa biblioteca es así, la luz no deja ningún rincón a solas. No estoy diciendo que me guste.

Abrí mi dossier nuevo: un librito de poemas delicioso. Lo imprimí por la mañana porque me llegó en formato pdf. Escogí papel de Finlandia. Lo sé porque lo ponía en la caja de los folios. Made in Finland. Finland es Finlandia ¿no? A ver si ahora va a ser otra cosa.
El libro es una novela de poemas, siguen una historia, así que no puedes leerlos desordenados... Lo malo es que en la copistería me lo desordenaron cuando lo estaban encuadernando y ahora tengo que ir saltando y buscando páginas.
Es un libro que nadie más ha leído. "Viajé a una ciudad desconocida para conocer una casa..." "Podría decir que todo sucedió un miércoles de Diciembre" Y yo podría decir que todo sucedió un día de febrero, o uno de abril, o uno junio. Depende de como se mire. "La hormiga besó al tigre. El tigre suspiró aliviado" Yo le doy besos al auricular del teléfono cuando me despido. Muas, muas, muas. Siempre.
Me queda un sorbo de te y diez minutos. He empezado a perdonarme cosas que yo no hice. Y ha sonado el teléfono. Era su voz. La escritora me habla y me cuida con vasos de agua. La escritora me pide que vayamos al cine. La escritora se viene conmigo a una isla. Ella a veces también es pequeña. Entonces, yo le doy todo lo que sé. Y le digo: hasta mañana, hasta mañana, hasta mañana porque sabes que hasta mañana es un puente.

He mirado hacia la ventana y he visto a mi amigo esperándome en la plaza. Me ha llevado al café donde suele desayunar los sábados. El sitio me ha encantado porque tienen un pájaro pez. Luego hemos ido a su casa y me ha enseñado un poco como iba la tarjeta de sonido que me quiero comprar y los trastos del ordenador. Después de ensayar un par de veces nos hemos grabado. Era la primera vez que tocábamos juntos. Unos cuantos niños jugaban en la calle y se colaban los gritos por el micro. Cada vez chillaban más fuerte mientras yo cantaba interminablemente "son tus manos, son tus manos, son tus manos, son tus manos..." con mucho cuidado, transportando cristal, porque pifiarla al final da mucha rabia.

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