miércoles, noviembre 08, 2006

diferentes

Esta mañana he vuelto a ver al loco o al iluminado cantante de ópera de los andenes del metro. Acompaña la voz gesticulando con los brazos: la sostiene y la levanta del suelo. Luego la libera y la voz estalla. Es un gesto con el que abre caminos invisibles para nosotros, pero visibles para la voz. Ha repetido tres veces : "E non ho amato mai tanto la vitaaa!" Y como él mismo dice al final de todas sus frases, porrom-porrom.
Me siento intrusa en muchos lugares pero soy amable con todo el mundo y colaboro con mis compañeros, eso sí, mis relaciones sociales han disminuído, me quedo callada pero pienso por dentro. Tengo mucho trabajo, me paso las horas libres haciéndolo pero no es suficiente. Me siento algo impotente, necesito tiempo, creo que intentaré ganármelo en un bañera llena de espuma contigo. El otro día fui al cine a ver Pequeña Miss Sunshine. Me estaba gustando mucho pero se fue la luz y nos quedamos sin ver el final. ¿Alguien puede contarme qué pasa después del baile de la niña? Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu mensaje secreto.