martes, junio 19, 2007

cosas aplazadas




Una mañana no me iré, me quedaré en el parque. Quiero saber qué pasa luego. Es una decisión aplazada, la tomaré un día de estos. Voy a almacenar grandes decisiones. Las voy a apuntar en una libreta, o las puedo dejar apuntadas aquí, así el día que las necesite podré leerlas y recordarlas. Quiero saber qué pasa en el parque cuando yo me meto en el metro y me voy; siempre tengo tantas ganas de quedarme allí un rato.

También quiero saber qué pasa luego con el chico del mercado. No es que me guste pero le tengo cariño. Es el de la parada de la carnicería. Cruzo por el mercado porque es más corto. El chico es un poco rubio y parece que se lleva muy bien con sus padres. Seguro que con las clientas también. Es un hombre sensible pero siempre está rodeado de grandes piezas de carne fría, una injustícia. Es una persona de labios finos. Pero no recuerdo qué quería decir tener los labios finos...lástima.

El parque lo veo por la ventanilla a las siete y media. Parece un lugar tranquilo, los aspersores de agua dando vueltas y vueltas, regando las mesas de madera que cada vez están más grandes, el césped brillando, los columpios vacíos. Pero después de las siete y media no sé qué pasa. Son esos secretos que en clase nunca llegaban hasta la primera fila.

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