lunes, octubre 31, 2011

Seguir la corriente

(ilustración de E. Gorey)
 
 
Nadie imaginaba que aquello fuera a acabar en tragedia, siempre se había hecho sin que pasase nada.
La gente se agolpaba alrededor de las ambulancias y todo el mundo comentaba lo sucedido. Aquello podía ocurrir, existía el riesgo. Una chica de unos quince años lloraba en la acera desconsoladamente. La cara desencajada, decía una mujer. No quisimos ver nada, pero estábamos a pocos metros y el aire el mismo.


Volvimos a casa por otro camino.  Pasé el resto de la tarde leyendo para olvidarme del asunto.
Esta mañana, cuando he salido a la calle, he visto que seguían haciendo lo mismo, que a pesar del accidente de ayer seguían con lo mismo.
Ya no se respeta nada. Ya no nos protege ni el miedo.
El miedo no está bien visto.
Brindo por los miedicas.



6 comentarios:

  1. Yo también soy miedica...y cuanto más miedo tengo aunque no me de mucha cuenta...más me ahogo...
    Un beso aviadora.
    Nieves
    P.D. No siempre se puede mirar para otro sitio...

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  2. los valientes son los que tienen más miedo.

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  3. Admitir tener miedo es el primer paso para ser valiente.

    besostes

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  4. siempre hay miedos escondidos detrás de las puertas que a veces ni sabemos que están, como esas pelusas que bailan bajo la cama... sólo cuando miras bajo ella, piensas antes: " ¿qué me encontraré...?" y el miedo aparece durante un instante. Lo mejor es mirar de soslayo, pasar la aspiradora con silenciador y problema solucionado.
    Besos, Paola.
    Eva

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