miércoles, enero 18, 2017

Regreso al futuro



Tuve un amigo con un ojo de vidrio. Se llamaba Moisés y llevaba aparatos en los dientes. Y se le quedaban los restos del bocadillo entre los hierros. Ya. Un día se quitó el ojo en mi casa. Sus padres tenían dinero. El ojo de vidrio se movía como su otro ojo, el de al lado. Se entiende esto. Me caía super bien Moi. 

He conseguido borrarme de todas las newsletters. Me siento muy orgullosa. Me ha costado mucho.

Hoy he estado pensando en que si pudiera estar un mes en el pasado, me iría al año 2004. A cuando quedábamos y nos emborrachábamos siempre en el mismo bar o en el piso de la calle Sant Domènec y le petábamos el candado de la habitación a L , y pensábamos en lo que escribiríamos en el blog "Me gusta el vicio y el autoservicio" y en qué personaje era cada una, y luego salíamos y no estábamos cansadas, e íbamos hasta el FEA a ver a las Dirty Princess y no nos daba pereza ir; y yo me enamoraba mucho y tampoco importaba, nadie me daba la chapa por ello, y G y M vendían chapas y camisetas, y el Primavera Sound era en el Poble Espanyol; y yo escribía poemas dramáticos y tampoco pasaba nada, no importaba exagerar las cosas; no existía la autoayuda ni el pensamiento positivo, ni las palabras "apego", "tóxico", "gestionar". Los budistas estaban en el Tíbet. Todo fluía. ¿Por qué ahora es más complicado?